Shana Feste
Productores:
Barbarian Films, Irish DreamTime, Silverwood Films
Guionistas:
Shana Feste
Actores:
Pierce Brosnan, Susan Sarandon, Carey Mulligan, Johnny Simmons, Aaron Johnson, Zoë Kravitz, Jordan Walker
Género:
Drama
País:
Estados Unidos
Duración:
99 min.
Año:
2009
Titulo Original:
The Greatest
CRÍTICA, POR NOTAS DE CINE:
El drama dirigido por Shana Feste transita por terreno espinoso durante todo su metraje. El análisis de la pérdida trágica e inesperada de un ser querido, en este caso hijo y hermano, es irregular y blandito, a veces algo inconexo, pero se sostiene con dignidad gracias a algunos detalles muy buenos (vale, no tan buenos como los de ‘Gente corriente’, pero buenos al fin y al cabo) y la labor de un reparto equilibrado y sincero.
El plano con el que se inicia El mejor es muy revelador. Padre, madre e hijo regresan a casa en el asiento trasero de un coche después del entierro del primogénito adolescente. Ninguno de ellos se dirige la palabra ni se dedica la más mínima mirada. La irrupción de la novia el fallecido, jurando que espera un hijo suyo, provocará diferentes reacciones en la familia rota, y va a obligarles a elegir entre precipitar su caída o una vía de salvación.
Lo cierto es que es el reparto lo que salva El mejor del abismo televisivo. Pierce Brosnan, productor de la cinta (y por ello con algunos minutos más en pantalla que la Sarandon) se defiende en terreno dramático y es ideal para plasmar la ira contenida de su personaje (con él me aficioné a 007, y eso siempre se lo deberé…). La Sarandon muestra una facilidad pasmosa para devorarlo todo si la dejan, y aunque no arranca con ello, se nota que es la que más facilidad tiene para dignificar un film como El mejor. Pero sorprenden y colaboran aun más que ellos los jóvenes Johnny Simmons (visto en la olvidada ‘Jennifer’s body‘) y, sobre todo, la revelación que es Carey Mulligan, a la hora de poner la puntilla a las interpretaciones del film.
Lo demás es algo errático pero siempre correcto. Algo blando, pero a la vez nunca lacrimógeno. Todo destila una aceptable funcionalidad como drama: cada personaje tiene su catarsis, el sufrimiento es moderado y la emoción contenida: no es plan el trivializar con estos temas, y El mejor no lo hace. Quedan grabados en la memoria, eso sí, instantes como los diez minutos iniciales, que nos presentan la tragedia inicial, y la desoladora mañana del entierro (atención a Susan Sarandon despertándose en la cama), el largo plano sostenido durante un par de minutos mencionado más arriba.
El film es, finalmente, esperanzador y digno. El que no alcance el nivel de ‘La habitación del hijo’ o ‘Gente corriente’ no es un handicap tan grande, peores cosas nos tragamos en la cartelera. Y aunque a Feste se le escape el dar profundidad y enjundia al drama, El mejor es un digno film que nunca llega a la genialidad pero que sostiene el pulso con honradez.
El plano con el que se inicia El mejor es muy revelador. Padre, madre e hijo regresan a casa en el asiento trasero de un coche después del entierro del primogénito adolescente. Ninguno de ellos se dirige la palabra ni se dedica la más mínima mirada. La irrupción de la novia el fallecido, jurando que espera un hijo suyo, provocará diferentes reacciones en la familia rota, y va a obligarles a elegir entre precipitar su caída o una vía de salvación.
Lo cierto es que es el reparto lo que salva El mejor del abismo televisivo. Pierce Brosnan, productor de la cinta (y por ello con algunos minutos más en pantalla que la Sarandon) se defiende en terreno dramático y es ideal para plasmar la ira contenida de su personaje (con él me aficioné a 007, y eso siempre se lo deberé…). La Sarandon muestra una facilidad pasmosa para devorarlo todo si la dejan, y aunque no arranca con ello, se nota que es la que más facilidad tiene para dignificar un film como El mejor. Pero sorprenden y colaboran aun más que ellos los jóvenes Johnny Simmons (visto en la olvidada ‘Jennifer’s body‘) y, sobre todo, la revelación que es Carey Mulligan, a la hora de poner la puntilla a las interpretaciones del film.
Lo demás es algo errático pero siempre correcto. Algo blando, pero a la vez nunca lacrimógeno. Todo destila una aceptable funcionalidad como drama: cada personaje tiene su catarsis, el sufrimiento es moderado y la emoción contenida: no es plan el trivializar con estos temas, y El mejor no lo hace. Quedan grabados en la memoria, eso sí, instantes como los diez minutos iniciales, que nos presentan la tragedia inicial, y la desoladora mañana del entierro (atención a Susan Sarandon despertándose en la cama), el largo plano sostenido durante un par de minutos mencionado más arriba.
El film es, finalmente, esperanzador y digno. El que no alcance el nivel de ‘La habitación del hijo’ o ‘Gente corriente’ no es un handicap tan grande, peores cosas nos tragamos en la cartelera. Y aunque a Feste se le escape el dar profundidad y enjundia al drama, El mejor es un digno film que nunca llega a la genialidad pero que sostiene el pulso con honradez.
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